TITO LUSIARDO
Por Eduardo Visconti
Tito Lusiardo nació en Buenos Aires el 13 de setiembre de 1896 en el barrio de San Telmo, en la esquina de Venezuela y Balcarce. Era una vieja casona donde vivió hasta los 6 años. Posteriormente la familia se mudó para el centro a Corrientes 546, la calle que tanto quiso y de donde ya no se iría pero habitando distintos domicilios. El último fue su departamento de Avda. Corrientes 1515, casi esquina Paraná, donde hoy en la entrada del edificio una placa lo recuerda.
Su verdadero nombre es César Lusiardo, hijo de Francisco Lusiardo, uruguayo de Montevideo, y de Elvira Amoedo, gallega de Vigo, España. Fue el mayor de seis hermanos: César, Hortencia (Titina), que murió siendo una niña, Ester, Angélica, Mario y Francisco (Alejandro).
Actor cómico, popular y querido. Arquetipo del porteño compadrito. Bailarín apasionado del tango, con firuletes, cortes y quebradas. Afable, chistoso y dicharachero. Era gracioso, espontáneo, natural. No tenía que componer el personaje. Era él mismo. El tono personal de su voz y su manera de hablar lo identificaban de inmediato.
Cursó la primaria en el Colegio Catedral Norte, hasta el 5to grado solamente, desde los 7 hasta los 12 años. Eran épocas difíciles y dejó los estudios que no fueron muchos, para ayudar en el mantenimiento del hogar. Su padre tenía negocio y el oficio de toldero adornista y Tito era su ayudante a los 13 años. Fue obrero toldero y aprendiz de tapicero.
Se inició como bailarín de tangos intuitivamente, mirando y aprendiendo en los bailes de casas de familias. Entonces se bailaba tangos entre los vecinos, haciendo un culto de la amistad. En el Centro de Almaceneros y en el salón Rodríguez Peña, donde también concurría con el propósito de florearse en un tango que le gustaba de alma. Esos lugares eran verdaderas academias observando a los buenos bailarines. No tuvo maestros. Se fue perfeccionando en el estilo y se convirtió en un envidiable profesional bailarín. Siendo un adolescente ya bailaba al compás del organito, a los 12 o 13 años.
Entre 1909 y la época del Centenario del 25 de Mayo de 1910, fue un “botones” en el Teatro Colón. Abría y cerraba las puertas de los automóviles que estacionaban en la entrada y recibía a la gente que concurría a las funciones. Cuando podía se metía en la sala de espectáculos y así pudo ver y escuchar de “colado” a María Barrientos, Enrico Caruso, Titta Ruffo y a otros famosos divos del canto. Por supuesto que descuidando su obligación y las propinas.
En los comienzos de su vida tuvo varios trabajos. Fue empleado en el Bazar Paris, en Casa Escasany y en la Ferretería Ortelli, entre otros. Pero lo que más lo atraía era el teatro, profesión que la sentía de vocación.
En 1914, a los 18 años debutó como figurante en la comparsa del Teatro Nacional y donde posteriormente, contratado por el empresario Pascual Carcavallo, fue asistente utilero. Colocaba y quitaba muebles en el escenario, trasladados desde el foso para armar la escenografía de las obras a telón cerrado. Allí conoció al dúo Gardel-Razzano que venían del Armenonville y debutaron como “fin de fiesta” de la Compañía Ducasse-Alippi. Tito les preparaba las sillas en el escenario y sobre ellas les ponía sus respectivas guitarras para que cantaran un repertorio de estilos y canciones criollas. Una de esas noches, Gardel palmeándolo, le dijo con su habitual sonrisa y simpatía cachadora: “Pibe, sos un fenómeno poniendo las sillas”. Ambos no se imaginaban que años después el destino les deparaba un vínculo cinematográfico que quedaría para el recuerdo. Gardel le decía “El gallego”, como a veces se lo mencionaba en el ambiente teatral.
En 1918 en el Teatro Nacional, siendo utilero de la Compañía Vittone-Pomar, debutó como actor bailando un tango con un smocking prestado y en pareja con la actriz Concepción Sánchez en la obra “El cabaret” de Carlos Mauricio Pacheco. A partir de entonces fue escalando posiciones y comenzaría una larga trayectoria.
Compartió el escenario de muchos teatros de la Capital y del gran Buenos Aires, en giras por el interior del país y en Montevideo en el Teatro 18 de Julio, con las principales actrices, actores, cancionistas y cantores de la época.
Entre algunas de las presentaciones más recordadas donde Tito intervino, se pueden mencionar los sainetes de Alberto Vacarezza “Tu cuna fue un conventillo” (1920) y “El conventillo de la paloma”. Esta última llegó a las mil funciones en el Teatro Nacional (1929/1930). “La muchachada del centro”, con Tita Merello, con quien bailaba al compás de la orquesta típica de Francisco Canaro (1932) y que llegó a 476 presentaciones.
En la obra de Ivo Pelay “De Gabino a Gardel”, estrenada el 24 de marzo de 1933 en el Teatro Nacional, Tito tuvo la oportunidad de estrechar su amistad con Carlos Gardel, la figura central del espectáculo con sus guitarristas Pettorossi, Barbieri, Riverol y Vivas y sus canciones tan aplaudidas en su último año en la Argentina donde interpretaba con todo éxito, entre otros, los tangos “Melodía de Arrabal” y “Silencio”.
Entre los actores y actrices del elenco figuraba su esposa Delia Codebó, con quien Lusiardo se había casado en Buenos Aires el 24 de noviembre de 1930 y tuvo una hija llamada Mabel que les dio la felicidad de dos nietos: Juan José y Gonzalo.
En el intervalo de esa pieza teatral, entre las funciones de sección Vermouth y Noche y en el camarín de ambos, Tito y Delia solían compartir gratamente con el cantor, que se sentía complacido de conversar y matear con facturas.
Los papeles de Lusiardo estuvieron casi siempre encasillados en personajes de compadritos y de porteños, donde su tipo físico y sus dotes de bailarín daban justo para su exitosa actuación en las 250 obras distintas en las que intervino, entre Sainetes, Revistas Porteñas y Comedias Musicales, la gran mayoría de temática tanguera que recurrían a la nostalgia. Incansablemente participó hasta 1975.
Actuó, entre otros teatros de la Capital, en el Nacional, Maipo, Cómico, Apolo, Buenos Aires, Broadway, Argentino, Casino, Politeama, Comedia, Metropolitan, Porteño, Astral, Presidente Alvear, Monumental, Sarmiento, Avenida, etc.
Paralelo a su actuación en el Teatro y desde el año 1933, Tito intervino en el cine argentino actuando en 46 films hasta 1969. Entre las más recordables se pueden mencionar “Dancing” (1933), “Ídolos de la radio” (1934), “El día que me quieras” y “Tango Bar” (1935), con Carlos Gardel y Rosita Moreno, que fueron filmadas en Nueva York y en donde encarnó a dos personajes inolvidables: Rocamora y Juan Carlos Puccini respectivamente, “La muchachada de a bordo” (1936) con Luis Sandrini, Santiago Arrieta y José Gola, “La vuelta de Rocha” (1937), “Tres anclados en París” (1938), “La vida es un tango” (1939) y “Gente bien” (1939), estas cuatro últimas con Hugo del Carril, “El sobretodo de Céspedes” (1939) donde, dirigido por Leopoldo Torres Ríos, tuvo el papel protagónico. “El Morocho del Abasto” (1950), con Rolando Chaves, “Isabelita” (1940) con Paulina Singerman y Sofía Bozán y Elvira Fernández, “Vendedora de tienda” (1942), con Paulina Singerman y Juan Carlos Thorry, entre otras. Su última película fue el remake de “El día que me quieras” (1969), protagonizada por Hugo del Carril, con algunos cambios en el argumento original y el agregado de varias canciones.
Su actuación en la radio fue de poca actividad. En 1943, junto a Sofía Bozán, participó en la audición “La música porteña de Ayer y de Hoy” con libretos de Antonio Botta, “Un tango para el recuerdo”, en base a su biografía, “Variedades Alpargatas” en 1949, por Radio Belgrano. En 1952 protagonizó “Lindo loco, Baldomero”, con libro de Manuel A. Meaños, acompañado por Delia Codebó y culminando lo más importante por Radio El Mundo, integrando el Trío Alberto Anchart, Tito Lusiardo y Severo Fernández.
En televisión, lo más recordado es su intervención como uno de los conductores del programa “Grandes Valores del Tango”, por Canal 9, y en donde realizaba sus habituales bailes de tango.
Las más destacadas compañeras de baile, a lo largo de su trayectoria fueron, entre otras, Concepción Sánchez, Tita Merello, María Esther Gamas, Delia Codebó, Elsa O’Connor, Dorita Burgos, Olinda Bozán, Diana Maggi, Nélida Roca, Beba Bidart y Linda.
Tito Lusiardo murió en Buenos Aires el 25 de junio de 1982, a los 85 años de edad. Dejó el grato recuerdo de su porteñidad y su cariño por el tango. Sus actuaciones teatrales, cinematográficas, radiales y televisivas nunca se olvidarán, por lo auténticas y tan bien realizadas. Fue un personalísimo actor argentino.
SU AMISTAD CON GARDEL
Referente a la amistad de Carlos Gardel con Tito Lusiardo, debe destacarse que fue muy cordial y afectuosa. Nacida de la simpatía entre ambos y unida por el ambiente artístico y el tango. Tito no fue un íntimo amigo suyo, pero sí tuvo un trato familiar como hombre y como artista. Eran colegas en el arte. Se respetaban y se querían. Tito lo admiraba y disfrutó de sus canciones en muchos momentos de la vida. Sobre todo en el Teatro Nacional y cuando filmaron juntos las dos películas en Nueva York.
Recordaba Lusiardo en algunos reportajes periodísticos de la época, con alegría y nostalgia, las bromas que el cantor le hacía en Norteamérica y sólo para divertirse y pasarla bien con amigos. Muchas de las cuales lo tuvieron a mal traer y con preocupación hasta aclararse el verdadero motivo. Se dieron el último abrazo a bordo del barco “Southern Prince”, cuando Tito regresaba a la Argentina, ya finalizados sus compromisos cinematográficos y Carlitos lo fue a despedir junto a sus guitarristas, Alfredo Le Pera y otros compañeros de labor, como Rosita Moreno y Enrique de Rosas.
La promesa de volverse a encontrar en la calle Corrientes quedó trunca por el accidente de Medellín (Colombia). La encrucijada fatal donde perdiera su vida Carlos Gardel y sus colaboradores artísticos.
ACLARACIÓN: Los datos biográficos de la vida y la trayectoria artística de Tito Lusiardo que figuran en este trabajo fueron recopilados de distintas publicaciones. Diarios y revistas que realizaron notas y reportajes al actor en distintos años de su existencia con la base de sus memoriosos recuerdos. El autor agradece a Juan Carlos Lusiardo, sobrino del actor, el aporte prestado sobre datos familiares. La documentación con respecto a títulos y años de las actuaciones realizadas en teatros, películas, radios y televisión, fueron sacadas del libro “Nuestros Actores”, de Jorge Nielsen (2007), Ediciones del Jilguero.
E.V.
Bs. As., marzo de 2009
|